Lady Drawned

 


Al final, todo se acaba. Hoy termino mi primer año en la Escuela de Arte y aun no salgo de mi asombro pensando en lo desastroso por completo de esta aventura.
No voy a quejarme de la educación pública. Me niego. Me consta además que no todos los centros en los que se imparten arte u otras materias funcionan como este al que tengo la dudosa suerte de asistir, pero me siento ahogada después de un año de cero creatividad, cero aprendizaje, cero ambiente artístico.

Hubo una historia que me gustó aprender, los libros de fotografía están llenos de ellas. Es la historia de Hipólito Bayard un fotógrafo francés coetáneo de Daguerre, introductor del calotipo en Francia olvidado por la Academia de las Artes y las Ciencias Francesa que se perdió la gran oportunidad de patentar el proceso por primera vez en la historia en su nación por prestar más atención a  otros miembros menos brillantes pero sí más avispados. Bayard, fue persuadido para que postpusiera el anuncio de su proceso a la Academia por un amigo del su más directo rival, Daguerre. Como reacción a las injusticias de las que fue objeto, Bayard creo esta fotografía, la primera que representaba una escena, una ficción y que lleva el nombre «Self Portrait as a Drowned Man» (Auntorretrato como un hombre ahogado). En esta imagen finge haberse suicidado. En la parte posterior de su fotografía, se encontró escrito de su puño y letra:


«El cadáver que usted ve aquí es el del señor Bayard, inventor del proceso que acaba de ser mostrado. Por lo que sé este experimentador infatigable ha estado ocupado cerca de tres años con su descubrimiento. El Gobierno, que ha sido demasiado generoso con el señor Daguerre, ha dicho que no puede hacer nada para el señor Bayard, y el pobre infeliz se ha ahogado. ¡Oh los caprichos de la vida humana ....! ... Él ha estado en el depósito de cadáveres durante varios días, y nadie ha reconocido ni lo reclamó. Señoras y señores, es mejor que pasen a verlo de inmediato por que pudiera ser que se ofendiera a su sentido del olfato, ya que, como se puede observar, la cara y las manos del caballero están empezando a decaer.» 


Aun así, Bayard siguió trabajando y participando de la vida social y fotográfica de su entorno. Es triste amar la profesión, trabajarla duro y no obtener reconocimiento... ¡pero eso es lo normal! no hay que desfallecer. Peor es y aun más triste, ser una persona gris, opaca y sin ganas ni visos de querer participar de la vida a su alrededor, solo de figurar.

Yo hoy acabo un poquito más ahogada, pero muy viva por dentro. Agotada y con la creatividad por los suelos, pero con mis ganas de aprender intactas. Aquí os dejo mi primer fotomontaje partiendo de dos imágenes individuales y una textura. Por un lado la escena con el tarro y por otra yo misma. La miro y la remiro y veo todos sus fallos, pero ¿Sabéis qué?, mejoraré :)

Felices vacaciones a tod@s. Me salgo un rato a respirar.